jueves, 17 de mayo de 2012

CONVENIOS DE GINEBRA DE 1949

CONVENIOS DE GINEBRA DE 1949
Los convenios de ginebra y sus protocolos adicionales son la piedra angular del derecho internacional humanitario que contienen las principales normas destinadas a limitar la barbarie de la guerra. Protegen a las personas que no participan en las hostilidades (civiles, personal sanitario, miembros de organizaciones humanitarias) y a los que ya no puede seguir participando en los combates (heridos, enfermos, náufragos, prisioneros de guerra).
Gracias a 7 nuevas ratificaciones que se concretaron a partir del año 2000, el total de Estados Partes se elevo a 194, lo que significa que los convenios de Ginebra ahora son aplicables universalmente.
1.    Convenio de ginebra protege, durante la guerra, a los heridos y enfermos de las fuerzas armadas en campaña.
Consta de 64 articulos, en los cuales se establece que se debe prestar proteccion no solo a los heridos y enfermos, sino tambien al personal medico y religioso, unidades medicas y al transporte medico.

2.    Convenio de ginebra, protege durante la guerra, a los heridos, enfermos, y a los naufragos de las fuerzas armadas del mar.
este convenio reemplazo el convenio de la haya de 1907. Consta de 63 articulos aplicables especificamente a la guerra maritima.

3.    Convenio de ginebra, se aplica a los prisioneros de guerra.
Este convenio reemplazo el convenio sobre prisioneros de guerra de 1929. Consta de 143 articulos. Este convenio establece el principio de que los prisioneros de guerra deben ser liberados. Se ampliaron las categorias de personas que tiene derecho a recibir el estatuto de prisionero de guerra.

4.    Convenio de ginebra, protege a las personas civiles, incluso en los territorios ocupados.
Este convenio adaptado en 1949, toma en consideracion la experiencia de la segunda guerra mundial. Consta de 159 articulos. Este convenio se refiere al estatuto y al trato que debe darse a las personas protegidas, y distinguen entre la situacion de los extranjeros en el terriotorio de una de las partes en conflicto y la de los civiles en territorios ocupados.


Conflictos no internacionales
En caso de conflicto armado que no sea de índole internacional y que surja en el territorio de una de las Altas Partes Contratantes cada una de las Partes en conflicto tendrá la obligación de aplicar, como mínimo, las siguientes disposiciones:
1) Las personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas puestas fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por cualquier otra causa, serán, en todas las circunstancias, tratadas con humanidad, sin distinción alguna de índole desfavorable basada en la raza, el color, la religión o la creencia, el sexo, el nacimiento o la fortuna o cualquier otro criterio análogo.
A este respecto, se prohíben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que atañe a las personas arriba mencionadas:
a) los atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los suplicios.
b) la toma de rehenes.
c) los atenta dos contra la dignidad personal, especialmente los tratos humillantes y degradantes.
d) las condenas dictadas y las ejecuciones sin previo juicio ante un tribunal legítimamente constituido, con garantías judiciales reconocidas como indispensables por los pueblos civilizados.
2) Los heridos y los enfermos serán recogidos y asistidos.
Un organismo humanitario imparcial, tal como el Comité Internacional de la Cruz Roja, podrá ofrecer sus servicios a las Partes en conflicto.
Además, las Partes en conflicto harán lo posible por poner en vigor, mediante acuerdos especiales, la totalidad o parte de las otras disposiciones del presente Convenio.

      DISPOSICIONES GENERALES 
  Artículo 1 - Principios generales y ámbito de aplicación 
1. Las Altas Partes contratantes se comprometen a respetar y hacer respetar el presente Protocolo en toda circunstancia.
2. En los casos no previstos en el presente Protocolo o en otros acuerdos internacionales, las personas civiles y los combatientes quedan bajo la protección y el imperio de los principios del derecho de gentes derivados de los usos establecidos, de los principios de humanidad y de los dictados de la conciencia pública.
3. El presente Protocolo, que completa los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 para la protección de las víctimas de la guerra, se aplicará en las situaciones previstas en el artículo 2 común a dichos Convenios.
4. Las situaciones a que se refiere el párrafo precedente comprenden los conflictos armados en que los pueblos luchan contra la dominación colonial y la ocupación extranjera y contra los regímenes racistas, en el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinación, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración sobre los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
  Artículo 2 - Definiciones 
Para los efectos del presente Protocolo:
a) se entiende por I Convenio, II Convenio, III Convenio y IV Convenio, respectivamente, el Convenio de Ginebra para aliviar la suerte de los heridos y enfermos de las fuerzas armadas en campaña, del 12 de agosto de 1949; el Convenio de Ginebra para aliviar la suerte de los heridos, enfermos y náufragos de las fuerzas armadas en el mar, del 12 de agosto de 1949; el Convenio de Ginebra sobre el trato a los prisioneros de guerra, del 12 de agosto de 1949; y el Convenio de Ginebra sobre la protección de personas civiles en tiempo de guerra, del 12 de agosto de 1949; se entiende por los Convenios los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 para la protección de las víctimas de la guerra;
b) se entiende por normas de derecho internacional aplicables en los conflictos armados las contenidas en los acuerdos internacionales de los que son Parte las Partes en conflicto, así como los principios y normas generalmente reconocidos de derecho internacional aplicables en los conflictos armados;
c) se entiende por Potencia protectora un Estado neutral u otro Estado que no sea Parte en el conflicto y que, habiendo sido designado por una Parte en el conflicto y aceptado por la Parte adversa, esté dispuesto a desempeñar las funciones asignadas a la Potencia protectora por los Convenios y por el presente Protocolo;
d) se entiende por sustituto una organización que reemplaza a la Potencia protectora de conformidad con lo dispuesto en el artículo 5.

  Artículo 3 - Principio y fin de la aplicación 
Sin perjuicio de las disposiciones aplicables en todo momento:
a) los Convenios y el presente Protocolo se aplicarán desde el comienzo de cualquiera de las situaciones a que se refiere el artículo 1 del presente Protocolo;
b) la aplicación de los Convenios y del presente Protocolo cesará, en el territorio de las Partes en conflicto, al término general de las operaciones militares y, en el caso de territorios ocupados, al término de la ocupación, excepto, en ambas circunstancias, para las personas cuya liberación definitiva, repatriación o reasentamiento tenga lugar posteriormente. Tales personas continuarán beneficiándose de las disposiciones pertinentes de los Convenios y del presente Protocolo hasta su liberación definitiva, repatriación o reasentamiento.

 Artículo 4 - Estatuto jurídico de las Partes en conflicto 
La aplicación de los Convenios y del presente Protocolo, así como la celebración de los acuerdos previstos en estos instrumentos, no afectarán el estatuto jurídico de las Partes en conflicto. La ocupación de un territorio y la aplicación de los Convenios y del presente Protocolo no afectarán al estatuto jurídico del mismo.
Artículo 5 - Designación de las Potencias protectoras y de su sustituto 
1. Es deber de las Partes en conflicto, desde el comienzo de éste, asegurar la supervisión y la ejecución de los Convenios y del presente Protocolo mediante la aplicación del sistema de Potencias protectoras, que incluye, entre otras cosas, la designación y la aceptación de esas Potencias, conforme a lo dispuesto en los párrafos siguientes. Las Potencias protectoras estarán encargadas de salvaguardar los intereses de las Partes en conflicto.
2. Desde el comienzo de una de las situaciones a que se refiere el artículo 1, cada una de las Partes en conflicto designará sin demora una Potencia protectora con la finalidad de aplicar los Convenios y el presente Protocolo, y autorizará, también sin demora y con la misma finalidad, la actividad de una Potencia protectora que, designada por la Parte adversa, haya sido aceptada como tal por ella.
3. Si no ha habido designación o aceptación de Potencia protectora desde el comienzo de una de las situaciones a que se refiere el artículo 1, el Comité Internacional de la Cruz Roja, sin perjuicio del derecho de cualquier otra organiz ación humanitaria imparcial a hacerlo igualmente, ofrecerá sus buenos oficios a las Partes en conflicto con miras a la designación sin demora de una Potencia protectora que tenga el consentimiento de las Partes en conflicto. Para ello, el Comité podrá, inter alia, pedir a cada Parte que le remita una lista de por lo menos cinco Estados que esa Parte considere aceptables para actuar en su nombre como Potencia protectora ante una Parte adversa, y pedir a cada una de las Partes adversas que le remita una lista de por lo menos cinco Estados que esté dispuesta a aceptar para desempeñar la función de Potencia protectora de la otra Parte; tales listas serán remitidas al Comité dentro de las dos semanas siguientes al recibo de la petición; el Comité las cotejará y solicitará el asentimiento de cualquier Estado cuyo nombre figure en las dos listas.
4. Si, a pesar de lo que precede, no hubiere Potencia protectora, las Partes en conflicto aceptarán sin demora el ofrecimiento que pueda hacer el Comité Internacional de la Cruz Roja o cualquier otra organización que presente todas las garantías de imparcialidad y eficacia, previas las debidas consultas con dichas Partes y teniendo en cuenta los resultados de esas consultas, para actuar en calidad de sustituto. El ejercicio de sus funciones por tal sustituto estará subordinado al consentimiento de las Partes en conflicto; las Partes en conflicto pondrán todo su empeño en facilitar la labor del sustituto en el cumplimiento de su misión conforme a los Convenios y al presente Protocolo.
5. De conformidad con el artículo 4, la designación y la aceptación de Potencias protectoras con la finalidad de aplicar los Convenios y el presente Protocolo no afectarán al estatuto jurídico de las Partes en conflicto ni al de ningún territorio, incluido un territorio ocupado.
6. El mantenimiento de relaciones diplomáticas entre las Partes en conflicto o el hecho de confiar a un tercer Estado la protección de los intereses de una Parte y los de s us nacionales conforme a las normas de derecho internacional relativas a las relaciones diplomáticas, no será obstáculo para la designación de Potencias protectoras con la finalidad de aplicar los Convenios y el presente Protocolo.
7. Toda mención que en adelante se haga en el presente Protocolo de una Potencia protectora designará igualmente al sustituto.
Artículo 6 - Personal calificado 
1. Las Altas Partes contratantes procurarán, ya en tiempo de paz, con la asistencia de las Sociedades nacionales de la Cruz Roja (Media Luna Roja, León y Sol Rojos), formar personal calificado para facilitar la aplicación de los Convenios y del presente Protocolo y, en especial, las actividades de las Potencias protectoras.
2. El reclutamiento y la formación de dicho personal son de la competencia nacional.
3. El Comité Internacional de la Cruz Roja tendrá a disposición de las Altas Partes contratantes las listas de las personas así formadas que las Altas Partes contratantes hubieren preparado y le hubieren comunicado al efecto.
4. Las condiciones para la utilización de los servicios de ese personal fuera del territorio nacional será, en cada caso, objeto de acuerdos especiales entre las Partes interesadas.
Artículo 7- Reuniones 
El depositario del presente Protocolo, a petición de una o varias Altas Partes contratantes y con la aprobación de la mayoría de ellas, convocará una reunión de las Altas Partes contratantes para estudiar los problemas generales relativos a la aplicación de los Convenios y del Protocolo.

Protocolo adicional numero I
Los convenios de ginebra del 12 de agosto de 1949 son el principal elemento del DIH, sin embargo estos tienen lagunas respecto al comportamiento de los combatientes y de la población civil y su protección de las hostilidades. En 1977 para subsanarlo, se aprobaron dos protocolos que los complementan mas no los reemplazan:
Protocolo numero I relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales: que busca limitar los métodos de hacer la guerra sin usurpar el derecho de el estado a protegerse por todos los medios pero poniéndole limites respecto a la utilización de ciertas armas y tácticas militares, define objetivos específicos de un ataque militar y sentencia cualquier confrontación sin justificación o que ponga en riesgo a los civiles, sus bienes e instalaciones así como el medio ambiente.
Amplia además la protección para los servicios de transporte así como el comité internacional de la cruz roja y establece una comisión internacional de investigación para denuncias graves.
Protocolo numero II relativos a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional: busca aplicar los mismos principios del protocolo numero I pero en condiciones de conflictos que involucren un solo estado pero no impide la toma de acciones por parte de este ni justifica la intervención de terceros.





miércoles, 16 de mayo de 2012

CONVENCIÓN DE 1972 SOBRE LA PROHIBICIÓN DE ARMAS BACTERIOLÓGICAS Y SOBRE SU DESTRUCCIÓN

CONVENCIÓN DE 1972 SOBRE LA PROHIBICIÓN DE ARMAS BACTERIOLÓGICAS Y SOBRE SU DESTRUCCIÓN

INTRODUCCIÓN
La Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas y sobre su destrucción (generalmente conocida como laConvención sobre Armas Biológicas, abreviatura: BWC, o convención de armas biológicas y toxínicas, abreviatura: CABT) fue el primer tratado de desarme multilateral que prohíbía la producción de una categoría completa de armas. Fue el resultado de prolongados esfuerzos de la comunidad internacional para establecer un nuevo instrumento que complementara a los Convenios de Ginebra de 1925.
La BWC fue puesta para su firma el 10 de abril de 1972 y entró en vigencia el 26 de marzo de 1975 cuando veintidos gobiernos depositaron su documentación de ratificación. Actualmente comprende 163 estados y prohibe el desarrollo, producción, y almacenamiento de armas biológicas y toxinas. Sin embargo, al no existir ningún proceso de verificación formal para observar el cumplimiento ha limitado la efectividad de la Convención

Con el motivo de prever los posibles fraudes en el tratado de 1972, se aprobaron las siguientes recomendaciones en forma de declaraciones finales, con el fin de que este tratado sea aplicado con eficacia y siguiendo paso a paso lo esclarecido en los tratados
Estas medidas de confianza exigen que un estado:
1.    Intercambie datos sobre los centros de investigación y los laboratorios, los programas nacionales de investigación y desarrollo en materia de defensa biológica, así como sobre la aparición de cualquier enfermedad infecciosa y fenómenos analógicos causados por toxinas.
2.    Promueva la publicación y la utilización de los resultados de la investigación biológica relacionados con la convención, favoreciendo los contactos entre los científicos que trabajan en este ámbito
3.    Notifique las medidas legislativas reglamentarias o de otra índole tomadas para aplicar la convención
4.    Informe de las actividades realizadas anteriormente en el marco de programas de investigación y desarrollo de índole ofensiva y/o defensiva
5.    Notifique las instalaciones de fabricación de vacunas
Esta información deberá remitirse cada año al departamento de asuntos de de desarme de las Naciones Unidas.



ÁNTRAX, UNA BACTERIA MORTÍFERA
El ántrax es una bacteria letal. Viene en polvo y puede ser esparcida en contacto con la humedad formando una especie de espuma, sus esporas atacan los pulmones y el sistema nervioso central inutilizando la capacidad de absorber oxígeno.
El ántrax  causa, además de dificultades para respirar: dolores en el pecho, fiebres muy altas y envenenamiento. Después de un corto periodo, los antibióticos para contrarrestar su efecto no funcionan  y puede causarla muerte en menos de dos días.
Esta poderosa bacteria puede matar entre 30.000 y 100.000 personas

MEDIDAS NACIONALES DE APLICACIÓN

Cada estado se compromete a adoptar con cada procedimiento y las medidas necesarias para prohibir y prevenir el desarrollo, la producción y el almacenamiento, la adquisición o retención de agentes, toxinas o armas que se encuentren en su territorio.
Para cumplir esto, los estados deberán:
Aprobar las medidas legislativas y administrativas para las obligaciones suscritas
Promulgar una ley de protección física de los laboratorios para prohibir el acceso a agentes bacteriológicos o toxinas
Incluir en los manuelas y programas de enseñanza médica, militar, las prohiiciones contenidas en esta convención
Y en si, cada uno debe prohibir y reprimir toda actividad proscrita en la convención que se realice en su territorio
Además todas deberán prever la aplicación de medidas penales con respecto a sus ciudadanos
En virtud a la convención no es absoluta la prohibición de desarrollar, producir o almacenar o de otra forma adquirir y retener agentes biológicos o toxinas. Se aplica sólo a los tipos y cantidades que no se justifiquen para fines profilácticos, de protección u otros fines pacíficos
La convención no contiene disposiciones que no restrinjan las actividades de investigación biológica. Dichos agentes, una vez desarrollados pueden producirse rápido en cantidades considerables
Se abre a la firma el 10 de abril de 1972 y entra en vigor del 26 de marzo de 1975.
Las armas biológicas que consideran como armas de destrucción  masiva y además tienen un potencial apra su utilización con fines hostiles y el bioterrorismo.
ANTECEDENTES
El uso del arma biológica se remonta desde el siglo VI a.C, Estas prácticas han sido condenadas y prohibidad en declaraciones internacionales y tratados como Convenciones de la Haya en 1899 y  1907.


Convención de 1993 sobre la Prohibición de las Armas Químicas y su Destrucción

Convención de 1993 sobre la Prohibición de las Armas Químicas y su Destrucción

La Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción se inscribe en la categoría de instrumentos internacionales de derecho internacional que prohíben el uso de armas cuyos efectos son particularmente abominables. Desde el fin de la Primera Guerra Mundial, el público en general ha condenado el empleo de medios de guerra químicos y bacteriológicos, que se prohibió en el Protocolo de Ginebra de 1925. La aprobación de la susodicha Convención ratifica así un principio básico del derecho relativo a la conducción de las hostilidades, según el cual las partes en un conflicto armado no tienen un derecho ilimitado a elegir los métodos y medios de combate. Esta Convención, que se negoció en el marco de la Conferencia sobre el Desarme, se abrió a la firma el 13 de enero de 1993 y entró en vigor el 29 de abril de 1997. Actualmente obliga a la gran mayoría de los Estados.
Objetivos de la convención
La Convención intenta, por una parte, excluir completamente la posibilidad de que se empleen armas químicas.  Del mismo modo que la Convención de 1972 sobre las armas biológicas, completa y refuerza en varios aspectos el Protocolo de Ginebra de 1925 sobre la prohibición del empleo, en la guerra, de gases asfixiantes, tóxicos o similares  y médicos bacteriológicos.
Así pues, aparte del hecho de que no admite ninguna reserva (art.XXII), la Convención extiende la prohibición del empleo de las armas químicas al desarrollo, la producción, la adquisición, el almacenamiento, la conservación y la transferencia de estas armas  además de exigir tanto su destrucción como la de las instalaciones donde se fabrican.
Prohibición y destrucción
Por un lado, todo Estado Parte en la convención se compromete cualesquiera que sean las circunstancias (art. I, párr. 1), a:
·         No desarrollar, producir, adquirir, almacenar, conservar o transferir armas químicas
·         no emplear armas químicas;
·         no iniciar preparativos militares para emplear armas químicas
·         no ayudar, alentar o inducir a nadie a que realice una actividad prohibida por la convención
Por otro lado, todo Estado Parte se compromete a destruir:
·         las armas químicas, así como las instalaciones de producción de armas químicas, que tenga o posea o que se encuentren en un lugar bajo su jurisdicción o control (art. I, párrs. 2 y 4), teniendo que haber terminado la destrucción 10 años después, a más tardar, de la entrada en vigor de la convención todas las armas químicas que haya abandonado en el territorio de otro Estado Parte de conformidad con el Anexo sobre la verificación que completa la convención  (art. I,párr. 3).

·         todas las armas químicas que h a y a   a b a n d o n a d o   e n   e territorio de otro Estado Parte, de conformidad con el Anexo sobre la verificación, que completa la Convención

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)
La OPAQ tiene por misión velar por la aplicación de la Convención y proporcionar un marco en el que los Estados Partes, que son de  facto miembros de la organización puedan colaborar y consultarse (art.VII, párrs. 1 y 2). La Secretaría Técnica de la OPAQ, que tiene su sede en La Haya, está encargada de llevar a cabo las medidas de verificación y de prestar a los Estados partes una Asistencia   técnica en el cumplimiento de las disposiciones de la Convención (art. VIII, párrs. 3, 37 y ss.).
Cada Estado Parte debe establecer o designar una autoridad Nacional,  que servirá de centro nacional encargado de mantener un enlace eficaz con la OPAQ (art. VII, pár r .  4) .  Ésta desempeñará un papel de primer orden en la ejecución de las medidas de aplicación de la Convención. La definición de su cometido, de su estructura y  de su poder ejecución se deja a la discreción del Estado.
Medidas nacionales de aplicación
Cada Estado Parte tiene la obligación de tomar, de conformidad con sus procedimientos constitucionales, las medidas legislativas y administrativas necesarias para cumplir las obligaciones estipuladas en la convención  (art. VII) e informar a la OPAQ de estas medidas adoptadas (art. VII, párr. 5). Con el fin de evitar diferencias de interpretación debería incorporarse a la legislación la definición de armas químicas establecida por la Convención.
Todo Estado ha de prohibir  y reprimir, en particular, las actividades proscritas por la convención (principalmente las prohibiciones por  el art. I, párr. 1 y 5, y por el art. VI, párr. 2) en sus leyes penales, y estipular la aplicación extraterritoriales de esas medidas penales a sus ciudadanos (art. VII,párr. 1).
La forma y el contenido de las otras medidas necesarias  para aplicarla Convención dependerán de las reservas de armas y de las instalaciones de que disponga un Estado Parte, así como de la índole de la industria química. Sin ser exhaustivas, estas medidas deben garantizar y promover:
·         la asignación o establecimiento de una Autor idad Nacional encargada de mantener  un enlace eficaz con la OPAQ ylos otros Estados Partes (art.VII, párr. 4);
·         la transmisión obligatoria a la Autoridad Nacional, por parte de las entidades concernidas, de la información indispensable para elaborar  declaraciones nacionales justas y completas;
·         en el marco del sistema de verificación, y de conformidad con el anexo sobre la Verificación: la entrada y la salida de los equipo de  inspección de la OPAQ y del material aprobado, el acceso del equipo de inspección a las instalaciones y la realización de las inspecciones especialmente por lo que  respecta a la toma de muestras y al análisis de éstas;
·         la revisión de la reglamentación nacional en materia de comercio de sustancias d químicas para hacerle compatible con el objeto y el propósito de la Convención

miércoles, 9 de mayo de 2012

Protocolo sobre la participación de los niños en los conflictos armados

Para estudiantes de once. a continuación se anexa la memoria de la exposición sobre la participación de los niños en la guerra. 


Integrantes:
Ana Giraldo, Juliana Henao, María Inés Torres, Daniela Cortes, Rosario Romero

Protocolo sobre la participación de los niños en los conflictos armados
Se calcula que en todo el mundo 300.000 niños y niñas participan en conflictos armados. A menudo se les recluta a la fuerza o se les secuestra para que se unan a grupos armados. Algunos tienen menos de 10 años y muchos han sido testigos de terribles actos de violencia, o han participado en ellos, en ocasiones contra sus propias familias o comunidades.
La Convención estableció también los 15 años como la edad mínima de reclutamiento voluntario en las fuerzas armadas. El Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en conflictos armados tiene como objetivo fortalecer la aplicación de la Convención y aumentar la protección de los niños y niñas durante los conflictos armados.
Existen muchos estados interesados por luchar por la promoción y la protección de los derechos del niño, ya que los derechos del niño requieren una protección especial y, para ello, es necesario seguir mejorando la situación de los niños sin distinción y procurar que éstos se desarrollen y sean educados en condiciones de paz y seguridad. Se lleva a cabo el protocolo

Los aspectos mas importantes que se convienen en el protocolo:
Artículo 1:
Los Estados Partes adoptarán medidas para que ningún miembro de sus fuerzas armadas menor de 18 años participe directamente en hostilidades.
Artículo 2: los estados velaran por que no se recluten obligatoriamente a menores de 18 años
Articulo 3: Los Estados  que permitan el reclutamiento voluntario en sus fuerzas armadas nacionales de menores de 18 años establecerán medidas de salvaguardia que garanticen que el ingreso del menor sea voluntario, que sea con el consentimiento de los padres, que se les informe de los d
eberes que supone este servicio.
Artículo 4:
Los grupos armados distintos de las fuerzas armadas de un Estado no deben reclutar a los menores para la participación en hostilidades
Artículo 6: Los Estados adoptarán todas las medidas posibles para que las personas que hayan sido reclutadas o utilizadas en hostilidades en contradicción con el presente Protocolo sean desmovilizadas

Artículo 7: Los Estados cooperarán en la aplicación del presente Protocolo, en particular en la prevención de cualquier actividad contraria al mismo y la rehabilitación y reintegración social de las personas que sean víctimas de actos contrarios al presente Protocolo
Artículo 9: El presente Protocolo estará abierto a la firma de todo Estado que sea Parte en la Convención o la haya firmado.
Articulo 12: Todo Estado Parte podrá proponer enmiendas y depositarlas en poder del Secretario General de las Naciones Unidas.
Artículo 13:
El presente Protocolo, cuyos textos en árabe, chino, español, francés, inglés y ruso son igualmente auténticos, será depositado en los archivos de las Naciones Unidas.


lunes, 16 de abril de 2012

LA MASACRE DE BOJAYÁ.

ADJUNTO A LOS ESTUDIANTES DE ONCE QUE ESTÉN INTERESADOS EN EL TEXTO QUE RELATA LA HISTORIA DE LA MASACRE DE BOJAYÁ.
Autor: Andrés Felipe Giraldo López
Tomado de: Revista Número. Numero 68. Marzo Abril 2011








viernes, 16 de marzo de 2012

LOS JÓVENES DE HOY

ALGUNAS PROBLEMÁTICAS DE
LOS JÓVENES DE HOY
-¡Un goce completo!-

Por: Marlon Cortés[1]

El contacto directo con los muchachos del colegio nos ha permitido tener una visión de lo que en sus vidas es problemático. Esto nos ayudará a pensar mejores modos de intervención que favorezcan el paso de los muchachos por esa adolescencia que, contemporáneamente, se vive de una manera tan caótica en una clara oposición a los órdenes establecidos por el mundo adulto. 

“Hay que disfrutar la vida”, es el imperativo con el que los jóvenes de hoy se enfrentan al mundo.  Por eso cualquier cosa que les suene a “obligación”, “deber”, “compromiso”, es visto como algo que viene a irrumpir el orden que ellos pretenden implantar. De ahí que, por ejemplo, la percepción que ellos tienen del colegio es muy particular; dicen: “Es el lugar en el que nos encontramos con nuestros amigos”.  El colegio no es, para nada, un lugar de estudio, de formación, sino el lugar en el que se encuentran con sus “parceros”, con sus primeros amores, con sus barras, y a veces, tristemente, con sus bandas; por lo tanto, los salones de clase se convierten en el “salón de belleza”, el lugar para la broma, el chiste, la burla, la “tomadura del pelo”, etc.  ¿A qué van muchos niños y jóvenes de hoy al colegio? A gozar. Tal como lo dice una de las emisoras  más escuchadas por ellos: “Energía, te hace gozar todo el día”.

En este punto es necesario tener claro que el colegio es uno de los espacios en los que ellos habitan y convierten en una “gozadera”. Un espacio entre todos los que ellos están. La familia es un lugar aburridor porque es donde les limitan la vida; los fines de semana son los días en los que viven a plenitud lo que ellos llaman “la juventud”, pues es el momento de la rumba, del baile, del sexo, de la droga; Dios es un ser que, en tanto que significa “mandamiento”, será guardado en el baúl de los recuerdos; las relaciones interpersonales se construyen teniendo como norte esa misma “gozadera” incluso pasando por encima de aquellos compañeros que se muestran débiles; la sexualidad es una dimensión de la vida para el puro placer desmedido a pesar de saber de los riesgos que se toman frente a las enfermedades de transmisión sexual y el embarazo; y las drogas, ni se diga: productos con los que buscan realizar un goce medio autista donde no sea necesario el lazo con el otro.  

Son muchas las dimensiones en las que se mueven los muchachos, pero el eje que articula su existencia lo podríamos nombrar como: “seres para el goce”. A continuación, se hará una descripción por algunos de los tópicos en los cuales los muchachos de hoy viven ese imperativo que la contemporaneidad les hace.

  1. El estudio.

Este punto es el que para nosotros los adultos se hace más evidente el imperativo al goce. Pareciera ser que ellos tienen varias premisas bien claras: si me divierto, aprendo; si no, no. De ahí que los profesores se ven llenos de peticiones de parte de los muchachos del siguiente estilo: “profe, pónganos una película”, “profe, por qué no damos la clase en el patio”, “profe, hagamos una dinámica”, “profe, ¿y mañana hay que venir al colegio?”, “profe, ¿y hay que leer todo eso?”, etc.  Peticiones todas que apuntan a que el maestro se convierta en un personaje más que les ofrezca diversión.  Algunos maestros caen en ese juego y entonces llegan al punto de dejar su lugar de maestros, y a ubicarse como “uno más” en el salón que juzga lo bueno o malo de su clase si fue capaz de divertir a los muchachos.  ¿La apropiación que el ser humano en toda su historia ha hecho de la ciencia ha estado atravesada por la diversión? Lo dudo. Este punto es el que hace especialmente problemático la relación del adolescente con el saber: el esfuerzo que implica conocer en serio alguna parte del edificio conceptual que el ser humano ha construido en toda su historia. Algún programa de televisión en Teleantioquia tiene como slogan: “También se puede aprender divirtiéndose”. Yo no sé si a eso le podríamos llamar aprender; satisfacer la curiosidad, sí se puede hacer de una manera divertida. Por eso en ese programa pasan de un tema a otro, y a otro, y a otro; eso sí se puede hacer de una manera divertida. Lo que pasa es que en la escuela, el objetivo no es satisfacer simplemente la curiosidad. Para apropiarse del saber es necesario un trabajo serio, y esto, precisamente, es lo que nos cuesta transmitirles a los muchachos.  Los medios de comunicación no ayudan mucho a esto. Y creo que no tendrían por qué hacerlo, pues su razón de ser no es la educación. Lo grave sería si las escuelas renuncian a transmitir la seriedad que implica transmitir un deseo de saber.

Contrario a esto, la relación particular que tienen estos muchachos con el saber la podríamos nombrar como una completa “pasión por la ignorancia”. Pero no la ignorancia socrática, sino la ignorancia que se muestra en un empuje interno muy decidido a no aprender, a no tener gusto por las ciencias, las matemáticas, la filosofía, etc. Con esto se llega a extremos tales que, pareciera ser que el alumno más “maqueta”, muchas veces se convierte en el líder del salón; y la ignorancia, en el valor que todos han de cultivar, pues los “nerdos” huelen a adultez, y los adultos, mientras más lejos, mejor. De hecho, en uno de los programas de radio que más se escuchaba el año pasado en Medellín, se autodenominan de la siguiente forma: “Somos la piel de la imbecilidad”.  Esto, parodiando al programa de Julio Sánchez Cristo, cuyo slogan es: “Somos la piel original”.

A este punto de cultivo de la ignorancia se le añade la situación de desempleo de nuestro país. Encontramos a muchos jóvenes diciendo: “¿Y para qué voy a estudiar si los profesionales en este país no están encontrando empleo? Yo estoy esperando a graduarme, sacar la libreta militar y buscar un trabajo en una empresa”. La percepción que ellos tienen de la situación de desempleo del país les hace pensar que no tiene sentido estudiar, pues eso “no da plata”, y entonces, hay que conseguirla por otro lado; mientras más se pueda evitar el encuentro con el saber, mucho mejor. ¿Para qué aprender filosofía si los ideales que tienen es trabajar como empleado en una empresa como obrero? ¿Para qué aprender matemáticas si el ideal está en irse para Estados Unidos a trabajar como mesero? ¿Para qué estudiar química si el papá les va a dejar el taxi para que lo trabajen? Éstas son algunas de las preguntas que se están haciendo los jóvenes de hoy.  Parece que en su mundo está en desuso la palabra “sabiduría”.


  1. El fin de semana.

Los días más aburridores de la semana son: lunes (cuando no es festivo), martes y miércoles. De resto, todos tienen olor a rumba: jueves (que ya se llama juernes), viernes y sábado; y el domingo, pues si no se rumbea, por lo menos para ver los realities de la televisión. Se podría decir que “el fin de semana” tiene más días que los días de estudio, pues son los días en que dejan atrás el mundo de los adultos, de los deberes, y se entregan, algunos sin límite, al placer que ofrece la ciudad nocturna. El fin de semana son los días en los que se es feliz si se tiene la fortuna de tener padres que piensan que a los muchachos hay que dejarlos que decidan sus cosas, que se diviertan, que vivan la juventud que ellos no pudieron vivir.

Paradójicamente, el fin de semana son los días en los cuales suceden los excesos que después hay que lamentar: embarazos, adicciones a drogas, alcohol, carreras de carros nocturnas, experiencias sexuales prematuras, peleas entre bandas, etc. El fin de semana se ha convertido para nuestros muchachos en los días en los cuales más viven su juventud, y a la vez los días en que más se encuentran con las realidades más dolorosas de la existencia. ¿Por qué? Podríamos intentar pensar una hipótesis: son los días en los cuales la ley pareciera desaparecer de sus vidas con más intensidad. Ellos tienen grabado hasta en lo más íntimo de su ser que la vida es para gozársela; el fin de semana realizan este sueño, no sin consecuencias cuando se llegan a extremos.  Si hace algunos años todos los productos de la consumo eran “ligeros”, ahora todos son “extremos”.  Extremos los deportes, el sexo, la comida, el yogur, los cereales, el internet, los riesgos, la velocidad, la rumba, etc. Y después nos preguntamos por qué los muchachos le huyen al ritmo lento de  la vida cotidiana.    


  1. El sexo

La adolescencia, en muchas culturas, y especialmente en la nuestra, ha sido designada como la época del despertar sexual. Contemporáneamente esto ha tenido un viraje del cual necesitamos estar avisados: la adolescencia cada vez abarca más tiempo en la vida de una persona. Y no sólo porque nos encontramos con adultos viviendo cual adolescentes, sino por los niños de 7, 8 y 9 años que ya han comenzado a vivir la adolescencia. Y no sólo por las ropas y el modo de vida, sino, incluso, por la aparición cada vez más rápido de lo que la medicina llama los cambios sexuales secundarios: el vello púbico, el vello en las axilas, la menarquia en las niñas, la primera polución en los niños, el cambio de voz, etc. Para un niño que tiene 8 años, es casi un insulto que le digan “niño”. Hace 30 ó 40 años las niñas se vestían con vestido de boleros, cual muñequitas; hoy, los descaderados, las minifaldas, los top no son exclusivos de las muchachas de 14 y 15 años. Y los muchachos no se quedan atrás con sus vestimentas y peinados que responden a nuestra época donde lo erótico siempre está al orden del día. Esto, claro, viene acompañado con que la primera relación sexual cada vez se tiene con menos edad. Estos niños, impulsados por el imperativo cultural que plantea que la adolescencia y juventud son las únicas etapas en las que se es feliz, dan un salto mortal y rápidamente entran en la lógica adolescente donde la “vida buena”, la rumba y el sexo son el norte de la existencia.

Concretamente en nuestro país es muy  particular el éxito que, especialmente entre los niños, tiene la serie de televisión: “Rebelde”.  Dicha serie muestra la vida de un grupo de adolescentes en los cuales la autoridad, la norma, el deber, no tienen ningún lugar: profesores que se enredan afectivamente con sus alumnas, jovencitos que no se dejan mandar por nadie, noviazgos fugaces que lo único que dejan en el corazón de los muchachos es más amargura, etc. Recordemos el coro famoso que está en la boca, las mentes y los corazones de los niños, hoy:

“Y soy rebelde
cuando no sigo a los demás
y soy rebelde
cuando te quiero hasta rabiar
y soy rebelde
cuando no pienso igual que ayer
y soy rebelde
cuando me juego hasta la piel
si, soy rebelde
es que quizás nadie me conoce bien”.

Efectivamente, esta serie es un espejo de lo que viven los adolescentes en la actualidad. Y con ella, ocurre algo muy particular: la gran mayoría de telespectadores son los niños de 4, 5, 6 años. Y para terminar de ajustar, los adultos nos reímos por “lo hermoso que la cantan”. Alguien se podría preguntar si esta serie es dañina para los niños; la respuesta es: NO. El problema central no está en las series de televisión que ven nuestros niños. “Rebelde” no es más sino la expresión de lo que ya viven en los colegios, en las familias. El problema central no es la televisión, sino el estilo de vida que les estamos ofreciendo a nuestros niños; un estilo de vida en el cual la niñez es una etapa de la vida que pareciera estar borrada de nuestras mentes. ¿Qué ideales de vida les estamos ofreciendo a los niños en las casas? ¿Un ideal donde pasar bueno es la felicidad?

En una primera mirada uno podría decir que los padres no quieren que sus hijos sean adolescentes, pues es una etapa difícil donde los muchachos se vuelven incontrolables. Pero si uno mira más despacio, se encuentra con que los ideales de los adolescentes no se alejan mucho de los ideales adultos; la diferencia radica en que ellos los pueden realizar, y los adultos no. ¿Cuál es el máximo ideal de felicidad de un adulto? No tener que trabajar y tener dinero para gastar con los objetos de los que se goza. Pues bien, eso es lo que se realiza en la adolescencia: le huyen a todo lo que tenga que ver con esfuerzo, y todo el dinero que llega a sus manos es para el disfrute.

Un ejemplo claro de esto es la manera como los adultos llevamos nuestra sexualidad: una serie casi inacabable de infidelidades, de encuentros furtivos, de relaciones sin compromiso, matrimonios desechables, en fin, lo que los niños y jóvenes ven de la vida sexual de los adultos es lo que finalmente terminan realizando en su propia vida. Y si no, ¿por qué el éxito del reggaeton entre niños y adultos? Es algo evidente que este género musical (que me perdonen los músicos si me equivoco en llamarlo de este modo) ha puesto en la escena social algo que estaba escondido: las relaciones sexuales prematuras. Y entonces nos encontramos con que algo que estaba reservado para la intimidad, se grita, se canta a los cuatro vientos:  

“Esta noche es de travesuras...
(Esta noche hazme travesuras...)
Te vo'a devorar en la noche oscura...
(Esta noche hazme travesuras...)
Tú estas cucando mi calentura...
(Esta noche hazme travesuras...)
Y te vo'a devorar, mami, cuenta y jura...
(Esta noche hazme travesuras...)”

Y, dizque para que no los vean tan poco formativos, a Daddy Yankee, uno de los cantantes de reggaeton más famoso, le da por decir, que los niños deben escuchar su música en compañía de adultos responsables. ¿Qué podrá responder un adulto cuando un niño de 8 años le pregunta qué significa “tú estás cucando mi calentura”? No lo sé.

  1. La familia

En los años 90, no sé si recuerdan una noticia a la que se le dio mucho boom en Teleantioquia: un colegio de la ciudad estaba teniendo en cuenta para elegir a sus alumnos si sus familias estaban constituidas o no. Ellos preferían alumnos que vivieran con sus padres en lo que se llamó hasta hace muy poco la familia nuclear: Papá, mamá e hijos. De alguna forma ya se estaba evidenciando la mutación familiar que hoy ya es evidente: la familia ya no está conformada por el papá, la mamá y los hijos, sino de múltiples formas. Esto nos lo muestra un libro que surgió de una investigación en la Universidad de Antioquia que se titula: “Los tuyos, los míos y los nuestros”, haciendo referencia a una nueva forma de constitución familiar en la cual cada uno de la pareja trae sus hijos propios, para luego tener los hijos en común. Ya no existe una sola manera de conformar la familia.  Los muchachos de hoy son producto de esta invención de la contemporaneidad.

Pero es necesario tener claro que esto no es problemático en sí mismo. Es decir, el hecho de que un niño viva en una familia de las que antes se llamaba nuclear, no es garantía de que dicho niño reciba una buena educación. La buena educación no es una consecuencia directa de vivir en una familia conformada por papá, mamá e hijos. Lo que no quiere decir que la familia contemporánea no sea un problema. Es problemática, pero dicho problema no radica en que nuestros muchachos ya no vivan, en la mayoría de los casos, con sus padres biológicos. Lo problemático es que en las familias, quien se encarga de la educación de los hijos, está encartado. Los encargados están encartados porque ser padres ya no es un ideal cultural. “Quiero tener hijos”, es una frase que cada vez se escucha menos. Y entonces, cuando llegan, este acontecimiento se lee como un accidente; aunque haya muy buenas intenciones, los hijos son capaces de leer el encarte en el que se meten sus padres cuando los traen al mundo. Y esta lectura que hacen los hijos, fácilmente se manifiesta en los niños en algo sintomático: una hiperactividad, una psicosis, un fracaso escolar, una inhibición, etc. Ante dicho síntoma, la respuesta de los padres es muy clara: llevemos a este niño a la escuela, a donde el psicólogo, a donde el psicoanalista, etc. Cuando se estudia y se trata un caso a fondo es difícil encontrar que los padres reconozcan que el síntoma de su hijo habla de ellos. Lo que hace que una labor educativa o psicológica con los muchachos sea muy difícil.  

La queja de los muchachos en relación a su familia es constante: “no nos comprenden”. Y entonces el sentimiento que aparece como consecuencia de esta incomprensión es la soledad; y esta soledad se convierte fácilmente en una depresión que hace que los muchachos no rindan en el ámbito escolar. ¿Cómo se manifiesta dicha incomprensión en los muchachos? En las demandas constantes y fuertes que les hacen a sus padres para que hagan lo que se les pide: salir hasta altas horas de la noche, dinero para los fines de semana, ropa, comodidades, etc. Y entonces el hogar se convierte en un campo de batalla donde nadie gana y, por lo tanto, todos pierden. Una lectura fina de todo lo que los muchachos les piden a sus padres llega a comprender que lo que realmente están haciendo es un llamado a que sus padres se comporten como tales, como norte, como personas que guían, no con la cantaleta, sino con su propia vida. Este lugar de norte, de faro, es precisamente, el lugar que los padres han ido abandonando cada vez más, incluso, no porque concientemente quieran dejar este lugar, sino porque ellos mismos no tienen claro cuál es su norte en la vida, y entonces, no tienen qué transmitirles a sus hijos.  

  1. Dios.

En esta misma lógica en la cual la función paterna va perdiendo su lugar, es que se evidencia un extremo ateísmo. No como posición intelectual, sino como algo vital. ¿Qué o quién es Dios para los muchachos? Es un ser supuestamente superior al que se le reza de manera exclusiva en los bautizos, matrimonios, y entierros. Es una figura que, incluso, se le podría catalogar de bella pero que mientras menos tenga que ver con la propia vida, mejor. Algunos, alcanzan a decir que es alguien que los ama siempre; lo que da cuenta de la maternalización que ha sufrido la imagen de Dios en la contemporaneidad. Pero si se les presenta una imagen de Dios articulada con aquella realidad que muestra lo imprescindible del límite en las cuestiones humanas, es decir, como algo o alquien que busca ponerle un freno al goce que ellos viven como imperativo, simplemente se guarda en el baúl de las cosas olvidadas, y punto. Se le reza algunos domingos, se le piden cosas cuando están en momentos difíciles, pero hasta ahí.  Dios, para ellos, no es un padre que indica modelos éticos de vida; en el mejor de los casos, es como una madre que los ama tal cual son.

  1. Las drogas.

La adolescencia es un momento muy favorable para comenzar el camino de las drogas. Y esto, por una razón muy clara: es un momento lógico caracterizado por la egolatría, por el no querer entrar a hacer lazo con lo social, buscando así todas las formas posibles de gozar individualmente. La droga es problemática en la contemporaneidad, de la misma forma como la masturbación lo fue, digamos, finalizando el siglo XIX o iniciando el siglo XX. Hoy, la masturbación no está vista como un  problema. El consumo de psicoactivos sí; pero, de alguna forma, podríamos decir, es el mismo problema con una manifestación distinta.

¿Cuál es el problema?  La droga es problemática en tanto que responde al deseo de aislamiento del sujeto en un goce medio autista en el cual el lazo con lo social se rompe. Recordemos que el rasgo fundamental del autismo es la ausencia de lazo con los otros. Por eso a la droga se le llama “quitapenas”, y los muchachos hablan de ella como un “viaje”. Dicen: “peguémonos un viaje”. Las dos expresiones hablan de que el encuentro con la realidad es problemática, y la manera de resolver dicho problema es yéndose de este mundo. Los muchachos se están viendo sin herramientas con las cuales afrontar la realidad problemática que supone la existencia. Alguien podría decir: es que vivir en Colombia es muy difícil. Sí. Es verdad. Es difícil. Pero la única manera de asumir lo difícil no es huyendo. Hay muchos que la asumen trabajando, pintando, leyendo, e incluso, yéndose del país. La realidad externa es complicada para todo mundo, pero hay muchas vías posibles para arreglárselas con ella. La labor de padres y maestros es, precisamente, ofrecer esas vías alternas.

  1. A pesar de todo, nada pasa.

Pero en todo caso, maestros, padres de familia y psicólogos les preguntan a los muchachos si algo les pasa, y la respuesta es unánime: “Nada”. Y entonces alcanzan a tranquilizar a muchos con su semblante de “nada pasa”. Creemos que hay que hacer una lectura más juiciosa de esa “nada” con la que les responden a los adultos cuando les preguntan por si les pasa algo. Tal vez sí les pasa algo: les pasa la “nada”. Muchos de nuestros muchachos están llenos de “nada”; o, dicho de otra forma, muchos de nuestros muchachos están “vacíos”. Ante lo duro de la existencia los muchachos se muestran como “nada”, llenos de bagatelas, de “nada”.  Una conversación telefónica ficticia de dos adolescentes nos puede ilustrar la “nada” en la que están inmersos nuestros muchachos:

“Carlos: ¡Alo!, ¿por favor Paola?
Paola: Hola, Carlos, hablás conmigo.
Carlos: Hola, Paola, ¿cómo estás?
Paola: Bien, Carlos, ¿y vos?
Carlos: Pues bien. Ahí descansando.
Paola: ¿Descansando? ¿Descansando de qué?
Carlos: Descansando de descansar……jajajajja. No, mentiras. No. Nada. ¿Y vos qué más? ¿Qué has hecho?
Paola: No, nada. Aquí descansando.
Carlos: Humm…. ¿descansando de descansar?....jajajjaja.
Paola: Tan bobo. De estudiar.
Carlos: ¡Aaah!
(Silencio)
Carlos: ¿Y qué más?
Paola: No, nada. Estudiar un poquito.
Carlos: ¡Ah!, qué bueno.
Paola: Y vos, ¿qué más?
Carlos: ¡Ah!, no, nada.
(Silencio)
Carlos: Bueno. Yo te llamaba para saludarte no más.
Paola: ¡Ah!, bueno. Listo.
Carlos: Listo, Pao, nos hablamos mañana.
Paola: Chao.”

Y mañana se llamarán para decirse nada, el fin de semana se encontrarán, irán a una discoteca a no hablar porque el sonido no los deja, y tendrán sexo pero no se amarán, e irán al colegio para no estudiar…  y entonces, “nada” pasa. Cuando un adulto le pregunta a un muchacho qué le pasa y él le responde, “nada”, hay que creerle. La “nada” le está pasando por encima.

  1. A manera de epílogo: no hay reglas, pero sí un principio: la Ley.

Lo que se ha dicho hasta ahora es que hay un imperativo que se ha convertido en el eje articulador de la vida de los muchachos: el goce. Les recuerdo el slogan de la emisora de reggaeton: “Energía te hace gozar todo el día”. Ésta es la cuestión medular de la cual hay que hablar entre maestros y padres de familia. Parece ser que hay que transmitirles una cosa distinta. Pero esta cosa distinta no es una multiplicidad de normas. Hay que estar avisados de que en los grupos humanos donde la norma prolifera a la enésima potencia, es donde más se evidencia la ausencia de Ley. Los padres y maestros, en tanto que son sus representantes, han de dirigir todos sus esfuerzos en transmitir dicha Ley, pero no entendida ésta como un no rotundo al goce, sino como regulación.  Lo que hace que un automóvil sea maniobrable no es precisamente el acelerador, sino el freno. Cuando se sabe frenar, es posible voltear, parar en un semáforo, parar en la bomba de gasolina, etc. Pero de la misma manera como no hay una norma específica para cada momento en el que se necesita frenar, tampoco hay normas específicas en la educación de los niños y jóvenes. Quien sabe manejar un automóvil sabe que frenar es todo un arte en el sentido de que es necesario saberlo hacer en el momento preciso, pues en todo el viaje aparecerán millones de momentos en los cuales es necesario hacerlo. A uno le pueden enseñar una técnica dependiendo del automóvil que utilice, pero cuando éste esté en movimiento, cuando aparezcan las situaciones particulares en las cuales haya que hacer uso del freno, la técnica se convierte en arte. La idea no es decirle no al goce.  La idea es circunscribir el goce en un momento particular, en un lugar particular, con una persona en particular, y de una manera particular.

Ponerle freno al goce como un arte es una cuestión que brilla por su ausencia en los adultos de la contemporaneidad. Le ponemos mayor énfasis al acelerador; por ejemplo, cuando se le hace publicidad a un automóvil se hace hincapié en cuántos segundos puede pasar de 0 km/h a 100 km/h. De la misma manera, hacemos hincapié en transmitirles a los muchachos cuánto podemos gozar, cuánto podemos disfrutar, olvidando así el arte de frenar, el arte de saber que existimos como cultura porque de algún modo hemos sido capaces de esforzarnos para regular nuestro goce. Acelerar es muy fácil y genera un vértigo absolutamente placentero; frenar es de sabios.  

Por eso el problema mayor no es que no sepamos ponerles freno a nuestros hijos y alumnos; el problema mayor está en que no sabemos ponerle freno a nuestros propios impulsos. Y entonces,  si no sabemos el arte de frenar-nos, no podremos transmitírselo a ellos. Mirando las cosas desde esta perspectiva el centro del problema no son los muchachos realmente, sino nuestra incapacidad de ponernos freno. Y esto se evidencia en el desorden de vida que llevamos los adultos: los matrimonios desechables, los amores efímeros, la falta de formación académica, los gritos en el salón de clases, los castigos indiscriminados de los que son víctimas los niños, los abusos sexuales a los menores de edad, etc.  

Cuando un niño se encuentra con un adulto experto en el arte de frenar, él mismo se va convirtiendo en un artista donde la obra mayor será su propia vida. Y entonces aprenderá a disfrutar del conocimiento, del respeto, del deporte, de las relaciones fraternas, del amor. El ser humano no viene cargado de una manera innata de los valores que lo hacen llamar como tal. Ser humano es algo que se conquista, pero siempre con la ayuda de alguien que ya lo sea. Los medios de comunicación, las discotecas, los amigos, sirven para el goce que finalmente es inevitable en la vida de todo ser humano. La cuestión es que padres y maestros no tenemos por qué robarles su misión. Nosotros estamos hechos para representar, no el goce, sino la Ley, es decir, la regulación del mismo. Cuando esto sucede nos encontramos con niños artistas, deportistas, respetuosos, amantes de las ciencias, es decir, con niños que encuentran que en la cultura también se le da cabida a las cosas hechas por amor, por deseo; y esto, también tiene una cuota de placer. No extremo, como lo proclama la contemporaneidad, pero sí un placer que los y nos hace más humanos.

Para terminar, una frase de Tony de Mello:  
“Los niños son como espejos: en presencia del amor, es amor lo que reflejan; cuando el amor está ausente, no tienen nada qué reflejar”.


[1] Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad Santo Tomás de Aquino. Magíster en Ciencias Sociales con énfasis en Psicoanálisis, Cultura y Vínculo Social.